Los fabricantes de semiconductores están invirtiendo activamente en la expansión de su capacidad y en la creación de nuevas fábricas. Por ejemplo, empresas como TSMC e Intel han anunciado planes para construir nuevas fábricas en diferentes países para reducir su dependencia de suministros externos. Estas medidas buscan no solo aumentar los volúmenes de producción, sino también garantizar la resiliencia ante una posible crisis.
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Además, la situación actual impulsa el desarrollo de nuevas tecnologías, como los materiales alternativos para la producción de semiconductores. Las innovaciones en este ámbito pueden ser revolucionarias, garantizando un futuro más estable y eficiente para toda la industria.